LOS RECORRIDOS
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En esta sección de "Los Recorridos" se describen las etapas una a una, sin la pretensión de una guía turística ni tampoco de un rutómetro exacto, contamos nuestro viaje, anécdotas y vivencias, apuntando también algunas cosas que consideramos pueden servir a otros viajeros que quieran realizar esta ruta. Los apuntes turísticos de las ciudades y pueblos provienen de la Guía que aportamos en la sección "Las Etapas". Se recuerda que la ruta esta señalizada.
Etapa 1: LISBOA - TOMAR
La ciudad monumental del Ribatejo se nos muestra en lo alto de un otero. Pasamos por debajo de la autopista, nos acercamos al aeródromo de Santarem, cruzamos bajo la vía férrea y a continuación iniciamos la fuerte subida de acceso al núcleo urbano. Santarem es una de las localidades históricas de Portugal: castillo, murallas y sus numerosas iglesias dan fe de su rica trayectoria. Situada en lo alto de un cerro y bañada por el Tajo, es un crisol de culturas, pues dio abrigo a romanos, moros, fue sede templaria y hoy acoge a los peregrinos que se dirigen a Santiago de Compostela. Además de rendir visita turística a la ciudad, aprovechamos para para hidratarnos con el rubio elemento acompañado por unos bocatitos disfrutando de las panoramicas en le recinto amurallado Portas do Sol.
En esta etapa recorreremos la provincia del Ribatejo, o lo que es lo mismo la Ribera del Tejo (Tajo en Portugués). Como ya queda dicho nos vimos obligados a planificar la ruta en 7 etapas, por lo que esta primera nos quedaba demasiado larga para hacerla en bici y además la primera parte de salida de Lisboa no tiene un especial atractivo, como ocurre con las periferias de toda gran ciudad, así que los primeros km de la etapa desde Lisboa a Azambuja los hicimos en tren. Pedro, José Luis y Jorge se fueron con la furgoneta y las bicis hasta Azambuja y cuando llegaron los "ferroviarios" ya estaban las bicis preparadas e incluso con los bidones llenos de agua fresquita, todo dispuesto para empezar la verdaderara aventura.

Tras unos momentos de preorientación, nuestros "sherpas" llegan a la conclusión de que hay que cruzar las vias del tren, y efectivamente, resulta que el Camino aprovecha la pasarela elevada de cambio de andén de la estación para enlazar con una carreterita asfaltada por donde continúa el camino de Santiago junto al de Fátima. Las fechas amarillas (Santiago) y azules (Fátima) coincidirán en gran parte del recorrido. En unos 13 km, donde se alternan tramos asfaltados y caminos de tierra llegamos a Valada, en el camino adelantamos a grupos de peregrinos que se encaminan a Fátima. Salimos de Valada por encima del dique que frena las avenidas del Tajo. El camino sigue alternando el asfalto con las pistas de tierra atrevesando varias quintas y siguiendo el muro de defensa del río.
Salimos del casco antiguo de Santarema por la puerta de Sao Tiago y Salinas, por una senda que baja entre maleza y boscaje y donde Martín casi se nos cae a un pozo. El sendero desemboca en la N-114, justo antes del puente de hierro sobre el Tajo, pero en vez de cruzarlo retrocedemos por la nacional unos metros hasta el desvío a la derecha de Alcanhóes y Ribeira de Santarém, hacia donde nos encaminamos. En unos 12 km atravesamos Vale de Figueira y continuamos por llanuras de maizales como otros 12 km, con un enjambre de caminos agrícolas que parecen todos iguales y que hacen que "perdamos" el Camino en alguna ocasión antes de alcanzar Azinhaga, la cuna de José Saramago. La huella del escritor es visible en la ciudad, por ser el lugar donde pasaba muchas de sus vacaciones.

Después de Azinhaga nos esperan unos 7 km de asfalto por la N-365 para llegar a Golegá tierra de caballos. Entre sus monumentos destaca la Iglesia Ntra. Señora de la Concepción, con un soberbio pórtico manuelino de principios del siglo XVI y un interior revestido de ricos azulejos. A su lado, está el palacio del Pelourinho, edificio del siglo XVII que antes fue cárcel, servicio de correos y telégrafos y museo. Entre ambos, la estatua conmemorativa de Manuel dos Santos, ilustre matador de toros nacido allí.

Antes de llegar a la aldea de San Caetano, el track que llevamos nos saca de la carreterita para meternos en un

En este punto Manolo optó por seguir la opción para bicis, aunque en ese momento no éramos conscientes de que esa opción existiese ya que ibamos con la intención de seguir el Camino señalizado coincidente con los track's. A partir de aquí la pista sube por un bosque de aucaliptos y el perfil de la etapa se encrespa por pistas forestales entre bosques con algunos tramos por sendas muy empinadas y pedregosas. En una de las bajadas los adelantados del grupo se saltan una flecha con desvío a la derecha que sube una fuerte rampa parecida a un cortafuegos, los sherpas se percatan y a pesar de desgañitarse avisándoles no se enteraron y hubo que darles tiempo para que volviesen sobre sus rodadas.

Los km acumulados van haciendo mella y el personal tiene ganas de llegar, asi que poco antes de Asseiceira, en un punto donde el Camino se acerca a la N-110, decidimos continuar por la carretera hasta Tomar esquivando los últimos 3 km de pista hasta Asseiceira. A partir de esta localidad el Camino transcurre por la carretera hasta llegar a Tomar, una ciudad rica en historia y edificios singulares que ofrece un apropiado final de etapa para decir adiós al Ribatejo. La ciudad está atravesada por el río Nabão y se sitúa en una de las regiones más fértiles de Portugal. El turismo es en la actualidad una de las actividades de primera importancia. Las visitas se centran en el Convento de Cristo, principal monumento de la ciudad que fue Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1983.
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camino agrícola que han cortado, por lo que nos vemos obligados a retroceder y continuar por el asfalto para atravesar San Caetano y poco después encontrarnos con la Quinta da Cardiga, una de las más notables fincas señoriales agrarias de Portugal, que hunde sus raíces en la Orden de los Templarios y por delante de la cual han pasado, siguiendo el camino real de Oporto, viajeros y peregrinos de todo tipo desde la Edad Media. En 1580 el rey Felipe II se alojó aquí cuando acudió a las Cortes de Tomar, durante el breve periodo de tiempo en que las coronas de los dos países ciñeron su cabeza.

A partir de aquí abandonamos la compañía del Tajo y nos dirigimos al Norte hacia Vila Nova da Barquinha primero y después Atalaia que la atrevesamos por carretera. Continuamos por carretera a la salida de Atalia y en menos de 1 km cogemos una pista por la derecha, en la desviación a Jorge se le clava la rueda delantera en la arena y se pega un gran bacatazo, por suerte todo quedó en algunas magulladuras y doleres musculares, pero a partir de aquí dejó de pasear el casco en el trasportín y ya no se lo quitó de la cabeza en el resto del viaje. Esta desviación es importante, aquí los ciclistas deben plantearse la alternativa de seguir las flechas amarillas (caminantes) o tomar la alternativa para bicis continuando por la carretera que pasa por debajo de la autopista A-23 y después conecta con la N-110 que unos km más adelante se une al Camino.
Tomar fue la ciudad de los Caballeros Templarios que después pasaron a ser los Caballeros de la Orden de Cristo en Portugal. El castillo domina la colina y abajo, en las calles medievales que rodean la plaza de la República y la Iglesia de Sao Joao Baptista, la vida sigue su curso en una atmósfera del siglo XII con envoltorio del XXI. Una ciudad preciosa, tranquila y agradable que ningún viajero debe perderse.

Además Tomar tiene otro gran encanto, se come y se bebe extraordinariamente a unos excelentes precios (una mediana 0.80 €). Nos hospedamos en Residensial Cavaleiros de Cristo, +351 249321192, buena relación calidad precio, recomendable. Tras una extraordinaria cena en una pizzeria cercana a la plaza de la República, algunos hicimos una escalada nocturna al castillo disfrutando de magníficas panorámicas de la ciudad ilumininada.