4ª Etapa: ZARAGOZA - DAROCA
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Una etapa larga, en la que terminamos de cruzar la depresión del Ebro hacia el sur buscando las estribaciones del Sistema Ibérico en su parte aragonesa, cuyas montañas se interponen entre la depresión del Ebro y la Meseta Central actuando de divisoria de aguas entre la cuenca del Ebro con las de los ríos Tajo, Júcar, Guadalaviar y algunos afluentes del Guadiana. Por motivos logísticos recortamos un tramo respecto al camino oficial después de Cariñena suprimiendo un bucle de ida y vuelta al pueblo de Paniza.
Salimos del centro de Zaragoza buscando el parque de Pignatelli siguiendo las calles de: Paseo de la Independencia, Paseo de Sagasta y calle General Mola. Continuamos hacia el cementerio por las calles: Paseo de Cuéllar y calle de Fray Julián Garcés. Cruzamos la Ronda Hispanidad, dejamos a la izquierda las tapias del cementerio y nos adentramos en una zona de parque entre pinares, de la que salimos ya por pista de tierra que nos lleva a una zona árida y que, tras cruzar la Z-40 (cuarto cinturón de Zaragoza), se orienta hacia el oeste entre dunas desérticas huyendo del secarral durante un par de km en busca de la cuenca del río Huerva a la altura de Cuarte de Huerva.

A partir de Cuarte remontamos la cuenca del Huerva durante unos 15 km orillando los montes grises y blancos que configuran el valle y atravesando núcleos poblacionales y polígonos que se extienden entre su vega y los montes (Urb. Santa Fé, Cadrete, Montserrat, Maria de Huerva y Botorrita). Antes de Botorrita nos encontramos con el yacimiento celtibérico Contreiba Belaisca. Después atravesamos el pueblo y cruzamos el barranco de La Poza para pasar entre unas naves agrícolas que nos dan paso al Cordel de Mozota.

Durante unos 6,5 km la vía pecuaria atraviesa una planicie de campos de cereales que como estamos en verano se encuentran en barbecho, lo que hace un par de meses debió ser una mar de dunas verdes, ahora es como un desierto de ocres y dorados. Bordeamos la localidades de Mozota y Montesol antes de llegar a Muel, a cuya entrada nos encontramos con la agradable y refrescante imagen de las cascadas del río Huerva a su paso por el parque donde se levanta la Ermita de la Virgen de la Fuente, sobre los restos de la presa romana que regulaba las aguas del Huerva para el abastecimiento de agua a la ciudad de Caesaraugusta (Zaragoza). La ermita estaba cerrada y no pudimos contemplar las pinturas de Goya que decoran las cuatro pechinas de su cúpula representando a los padres de la Iglesia, ni los zócalos de la ermita que se decoran con la típica cerámica de Muel azul, blanca y verde.

Tras el agradable refrescón en el parque nos adentramos en Muel y en un bar de la plaza realizamos parada de avituallamiento, unas barritas energéticas de jamón y queso, unas jarras energéticas y cafetito con agua de LLubí. Después del avituallamiento terminamos de atravesar el pueblo y volvemos a coger la vía pecuaria el Cordel de Mozota. Estamos en el pórtico de la Comarca del Campo de Cariñena y nos vamos alejando del río Huerva. En unos 2,5 km nos encontramos con la N-330 y seguimos por ella otros 3 km escasos hasta que nos encontramos por la derecha un paso subterráneo que nos permite cruzar al otro lado de la Autovía Mudéjar. Seguimos llaneando por la vía pecuaria otros 5 km con la autovía a nuestra izquierda hasta la altura de Longares, donde otro paso subterráneo nos da acceso al pueblo. En la entrada hay un pequeño parque con una fuente en el que nos paramos para repostar agua y reparar un pinchazo en la rueda delantera de Jorge.

Salimos de Longares por el camino de Santa Catalina, por momentos se va cambiando el paisaje de los campos de cereales en barbecho por el verdor de los viñedos en verano. Como a 1,5 km del pueblo cruzamos la vía férrea por un elevado y luego otros 4,5 km más sumergidos entre viñedos hasta que de nuevo la autovía se interpone ante nosotros. La salvamos por un paso subterráneo y enseguida despuntan sobre las viñas la torre y cúpula de la iglesia de la capital de la comarca. En unos 3,5 km de pista entre viñedos alcanzamos el centro de Cariñena y, con el calor que hace, no podemos resistir la tentación de refrescarnos en la fuente de la plaza del Ayuntamiento.

Después de refrescarnos por fuera había que hacerlo por dentro para igualar temperaturas, así que había que echar unas cervecitas antes de irse de Cariñena y así lo hicimos, pero nos tomamos las cervezas menos frías de todo el viaje, se ve que como estamos en tierra de vinos recios pues hasta la cerveza tiene que ser "recia".
Salimos de Cariñena en dirección suroeste por el camino de Los Cañares que nos muestra un paisaje llano, de terreno entre ocre y rojizo rematado por el verdor de los viñedos y que se extiende bajo la presidencia de la Sierra de Algairén. Rodamos en dirección a la sierra unos 5,5 km y nos encontramos con uns pista con asfalto roto que cogemos por la izquierda en dirección a Encinacorba.
Tras coronar una pequeña collada alcanzamos Encinacorba. A partir de Encinacorba cogimos una variente respecto al camino oficial, éste se va hacia Paniza desplazándose hacia el Este para luego volver buscando el mismo paso por donde la vía férrea salva las estribaciones de la sierra. Nuestro sherpa particular había buscado una alternativa a este bucle de ida y vuelta que recortaba unos 11 km el trayecto. En lugar de dirigirnos hacia Paniza, bordeamos el pueblo por la derecha, bajamos al valle y, tras cruzar el río Frasno, iniciamos una subida a una bonita collada, por una pista que transita cercana a la vía férrea, y que en unos 3 km desde el pueblo nos junta con el camino oficial que se pega una vuelta de 14 km para visitar Paniza. Sin duda un gran acierto por parte de nuestro sherpa.

El camino sigue el trazado de la vía férrea pero ésta salva el puerto por un túnel y nosotros por algunas rampas que superan el 11 % entre bosque. Después tenemos un tramo de falso llano en las inmediaciones de la Venta del Puerto antes de iniciar la bajada, en la que de nuevo nos acompaña la vía del tren por la izquierda. Por una buena pista seguimos el curso del arroyo de Valdefrasno hasta encontrarnos de nuevo con dos "conocidos" habituales de esta etapa: la N-330 y el río Huerva. Aterrizamos en la N-330 y la cogemos por la derecha en dirección Teruel hasta Mainar. Nos paramos en el pueblo a esperar a Toni que se le había desplazado la abrazadera de fijación del transportín en la bajada y el tornillo casi le rozaba el piñón.
Ya en la Comarca del Campo de Daroca, desde Mainar el camino oficial se dibuja por una vía pecuaria paralela a la N-330 hasta Retascón y después continúa por pista hasta Daroca. El cielo amenazaba tormenta y el agarre del transportín de Toni no estaba para muchos saltos, así que decidimos continuar por la carretera los 14 km que quedaban hasta Daroca. Esta fue otra sabia decisión porque a la salida del pueblo nos tuvimos que resguardar bajo la cubierta de una antigua gasolinera en desuso cuando empezaba a llover. Y como no hay mal que por bien no venga, mientras jarreaba agua acompañanda de aparato eléctrico, tuvimos tiempo para reparar el agarre del transportín de Toni e incluso de hidratarnos un poco aprovechando un bar cercano. Tras una media hora de aguacero, rayos y truenos continuamos por la carretera. En unos 8 km de falso llano picando hacia arriba encontramos el desvío a Retascón y luego el resto en bajada hasta Daroca.
En Daroca nos hospedamos en Hostal Legido, en la misma carretera a la entrada del pueblo 976.800.050. Buena relación calidad - precio. Una vez acomodados en el hostal, y aunque la etapa había sido larga, todavía nos dio tiempo a reparar algunas cámaras que llevábamos pinchadas antes de darnos una vuelta por el pueblo, aunque al final volvimos a cenar en el restaurante del hostal, otra buena elección. Después de la cena nuevo paseo turístico-digestivo con gin-tonic's.
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