| Etapa 8 |
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homenaje gastronómico, unos digestivos gin-tonic por el paseo marítimo y el centro del pueblo hasta que llegó la hora de encamarse.

Al día siguiente por la mañana desayunamos en la terraza del hostal disfrutando de toda la panorámica de la desembocadura del Bidasoa, el puerto, el pueblo y la playa con la compañía de los dueños del Hostal. Después del relajante desayuno nos fuimos a otear por dónde teníamos que bajar al aeropuerto. El vuelo salía por la tarde, así que empleamos la mañana en patearnos Hondarribia, su mercadillo de domingo, sus bares, etc. Después de comer cargamos las alforjas en las bicis y cuando estábamos tratando de acomodar las cajas vacías encima de ellas, llegó Mariano y, al ver el tinglado que teníamos, se ofreció a llevarnos con su coche las cajas vacías hasta el aeropuerto, desde aquí un diez para Mariano. Una vez en el aeropuerto la consabida parafernalia de desmontar y embalar las bicis para embarcarlas y después vuelo a PM con escala en Madrid.
haciendo agujeros en un gran bloque de hormigón con una larga pica de hierro.

Después directos a reservar sitio en el restaurante de la Hermandad de Pescadores, Jorge ya lo tenía entre ceja y ceja porque en sus primera TP se quedaron con las ganas de comer allí por no reservar con antelación. Estaba cerrado pues aún era temprano para cenar, pero llamamos por tlf. y afortunadamente quedaban plazas. A la hora de la cena nos dimos un auténtico homenaje de fin de fiestas, durante la cena pudimos observar como le negaban la plaza a la gente que llegaban sin reservar, las mesas solo se ocupan una vez y realmente tienen motivo para estar tan demandados pues la calidad es excelente con un precio bastante razonable. Tras el
Tras interiorizar que el viaje se terminó nos disponemos a atravesar de nuevo Hondarribia en sentido contrario en dirección al Hostal Zaragoza 943 64 13 41 (Mariano). El hostal es un antiguo caserón con las escaleras y suelos de madera crujiente que encierra mucha historia, regentado por un encantador matrimonio que además habían tenido el detalle de recibir y guardarnos las cajas vacías de las bicis que Enrique Ariño se encargó de enviar desde El Pont de Suert. Nos hospedaron en lo que llaman el torreón, después de tomar posesión del mismo y la correspondiente ducha, a pasear y disfrutar de Hondarribia.

Cuando llegamos al centro había una competición vasca consistente en cuadrillas de hombres que se turnaban
La ruta terminó, realmente la hemos disfrutado a pesar de la dificultad del recorrido, hemos tenido suerte y el buen tiempo nos ha respetado permitiéndonos empaparnos de naturaleza. Los Pirineos nos han ofrecido todo su esplendor, aún en la 7ª etapa que tuvimos horas de niebla y algunas lluvias también fue espléndida. Se nos amontonan en la mente un sin fin de imágenes espectaculares, de fuertes y agradables sensaciones, de risas, cachondeo y buenos ratos compartidos con excelentes amigos, vamos toda una gozada para cualquier aficionado alforjero, en definitiva pegamos otra hermosa pegatina en la alforja.
Salimos del barranco por una pista asfaltada con tramos de fuertes pendientes al principio que después se suaviza un poco. Continuamos por la pista principal ignorando todos los desvíos y pistas secundarias durante algo menos de 3 km hasta que desembocamos en la carretera Na-1310. La cogemos por la derecha para terminar de coronar el Collado de Ibardín y ya arriba por la izquierda nos desviamos por una pista asfaltada que sube a las ventas, pero antes de llegar a ellas cogemos una pista a la derecha que las bordea por abajo.

Continuamos por la pista principal ignorando las secundarias hasta que como a 2,3 km, cogemos por la izquierda una que baja a un pequeño pantano. Bajamos al pantano y lo bordeamos para iniciar una corta subida al collado de Poires, el último del viaje.

Cuando coronamos desembocamos en una pista mejor (GR10), la cruzamos e iniciamos una bajada por un sendero que se adentra en el bosque y en el que hay que echar pie a tierra en algunos tramos.
Después la pista mejora ya en el valle del río Bidasoa que cuenta con tramos asfaltados hasta que llegamos a Arroupea. Continuamos por carretera unos 2 km más y desembocamos en la carretera de Biriatou que la cogemos por la izquierda para en unos 700 mt llegar enfrente del peaje de la autopista Donosti – Biarritz. Seguimos por la izquierda en dirección Béhobie al que llegamos en poco más de 1 km. En la entrada de Béhovie giramos la rotonda a la izquierda para cruzar el puente sobre el Bidasoa y entrar en territorio español con dirección a Irún primero y Hondarribia/Fuenterrabia después.

En la entrada de Hondarribia nos cortan el paso porque se está celebrando la Clásica de San Sebastián y está a punto de pasar el pelotón, así que a disfrutar del espectáculo. Después de que pase la carrera continuamos hasta el final de etapa y viaje en la playa de Hondarribia donde nos dimos el protocolario baño externo e interno.
para metabolizar un poco lo trasegado y disfrutar la panorámica de las estribaciones pirenaicas con el Cantábrico de fondo y Hondarribia a la izquierda en el horizonte.

Partimos de nuevo bajando por un sendero de piedras entre una selva de helechos que hay que hacerlo a pie y con cuidado. En unos 650 mt el sendero aterriza en un pequeño prado donde desembocan varios caminos y senderos. Cogemos el camino más a la izquierda que va por debajo del bosquecillo con señales del GR 10 a venta Inzola, es un sendero con algunos tramos difíciles. Como a 1 km de bajada dejamos por la derecha el GR que baja a Venta Inzola y seguimos de frente unos 300 mts hasta Venta Zahar.
Nota: Realmente da igual llegar a Inzola o a Zahar, las dos ventas están cerca una de la otra en el fondo del barranco pegadas al torrente, en el del track se recorre el GR hasta Inzola (lo que hicimos nosotros), no obstante también se ha incluido en el archivo una ruta de escasos 300 mts con la otra variante. La salida del barranco está entre las dos ventas y no tiene pérdida.
Cogemos la carretera por la izquierda y como a 1.1 km después cogemos por la derecha una pista asfaltada que cruza el torrente y sigue, ignoramos pistas secundarias, seguimos el PR-NA-16 a Usategieta. Atravesamos un prado pasando por delante de varios caseríos, durante unos 2,8 la pista está asfaltada, hasta que después de un tramo de hormigón de fuerte pendiente se convierte en tierra y llega a un amplio collado encontrándose con otra pista que por la derecha baja a Larrún, la seguimos apenas unos metros para desviarnos inmediatamente por la izquierda. En 1,6 km llegamos a un collado en una zona boscosa, a la derecha hay un par de cabañas o establos para caballos donde nos encontramos con varias yeguas con sus potrillos.

Iniciamos un corto descenso de poco más de 1 km para llegar a Venta Yasola, justo en la línea fronteriza. El lugar y la hora son las adecuadas para un descanso y avituallamiento, en la venta nos preparan unos estupendos bocadillos que, con sus correspondientes hidrataciones y el café con las últimas gotas de Tres Caires, nos sientan tan bien que no tenemos ganas de seguir, así que nos tumbamos en el pequeño collado
en ligero descenso durante unos 450 mt hasta desembocar en la carretera Na-4400 a la altura del P.K. 11. Seguimos por la izquierda la carretera para terminar de coronar en poco menos de 1 km el Collado de Lizarreta, paso fronterizo donde paramos a descansar un poco y disfrutar de las preciosas panorámicas.

Salimos del collado por una buena pista con grava situada a la izquierda de todas siguiendo las señales del GR11. En 1 km ignoramos una pista a la izquierda y 2 km después seguimos por la pista principal ignorando otra a la izquierda junto a una cabaña. Continuamos bajando por la pista principal durante unos 2,7 km ignorando las secundarias hasta llegar a la carretera Na-4410 a la altura de la Venta o Collado de Lizuniaga.
Salimos de Etxalar por la carretera de Bera de Bidasoa, cruzamos el río y cogemos a la derecha unos metros para enseguida coger por la izquierda una pista asfaltada con fuertes pendientes con un par de zig-zag. Al llegar arriba el sillín del Jorge se mueve sospechosamente, al intentar fijarlo descubrimos que la causa es la rotura del largo tornillo que aprieta las mordazas a las varillas del sillín, vamos que se ha quedado sin sillín y no es plan de hacer toda la etapa levantado. Afortunadamente Toni lleva, entre su tornillería de emergencias, dos tornillos de la tija de su sillín que por fortuna encajan en la tija de Jorge así que rápidamente resolvemos el problema y continuamos.

Un corto falso llano y de nuevo la pista se empina, en pocos metros se abre en dos y nos vamos por el ramal de la derecha y poco después continuamos por la principal ignorando una que sale a la derecha en bajada. Seguimos subiendo y unos 300 mt después de nuevo se ramifica, ignoramos la de la derecha que baja y las dos de la izquierda y seguimos de frente por la derecha. En unos 450 mt cogemos por la izquierda, una corta bajada y seguimos ascendiendo hasta los caseríos de Mekea. Al llegar a la cercanias de los caseríos cogemos por la derecha y en pocos metros otra vez por la derecha. En unos 1,3 km desembocamos en la curva de una pista en mejor estado que cogemos por la derecha, la seguimos
Se acaba la aventura, el día amanece espléndido, el sol de la mañana ilumina las laderas de la montaña y le da al valle una luminosidad preciosa. Por delante tenemos una corta etapa de ondulantes 45 km que estamos dispuestos a saborear y estirar para alargar el final de tan maravilloso viaje.
Para comenzar bien el día Santiago nos ofrece un exquisito desayuno, desde el balcón de la casa podemos disfrutar de las múltiples tonalidades del verde en los huertos traseros de los casones de Etxalar. Después del desayuno montamos las alforjas e iniciamos la etapa final que transcurre por zonas fronterizas, en tramos será francesa y en otros española.
8ª Etapa: ETXALAR - HONDARRIBIA
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