Entramos en el parque por el Cañón del Añisclo, durante casi 9 km pedalearemos por una estrecha carreterita, con escaso tráfico que circula en un solo sentido, entre las impresionantes paredes que la erosión del caudal del río Bellos ha dibujado en las entrañas de la sierra a lo largo de los años.
Llegamos al parking del collado del Añisclo dónde hacemos un alto en el camino para disfrutar, desde el mirador que hay en la caseta de los guardas forestales, de la panorámica de los barrancos y de la ermita de San Urdez incrustada en un hueco de la pared del barranco.
Iniciamos la subida a la parte alta del cañón en dirección Nerín y Fanlo. En poco menos de 5 km nos encontramos con el desvío a Nerín por la derecha, lo cogemos y en 1,7 km de fuerte subida llegamos al hotel de Nerín y a la barrera que da acceso a la pista de subida a Las Cutas. Antes de iniciar la subida decidimos entrar en el pueblo para tomarnos unas cervezas y dar cuenta de las viandas que habíamos comprado en Laspuña. En el bar volvimos a encontrarnos a los 4 colegas de la piscina de Bonansa, ellos habían pernoctado en Escalona.
Como no queríamos arriesgar a que apareciera alguna nube de evolución diurna y nos chafara las panorámicas en Las Cutas, tras el avituallamiento iniciamos la ascensión, evidentemente ignoramos el letrero de la barrera de entrada a la pista en cuanto a la prohibición de acceso a las bicis.
La pista, con excelente piso y con pendientes que se mueven entre el 6 y el 9 % sin fuertes rampas, va subiendo lentamente pasando del entorno verde del bosque al de los páramos de altura. No se presentan desvíos a lo largo de la subida que nos puedan hacer dudar, sólo a la altura del km 8 de subida nos encontramos con una pista en mal estado que por la derecha lleva al Refugio de Cuello Arenas.
Durante los km de subida las vistas son espectaculares sobre las picos y valles de Nerín y Fanlo, pero cuando coronamos y nos asomamos al cañón de Ordesa ya es el súmmum de los paisajes: Las paredes del Cañón, el valle de Ordesa en la profundidad con el río Arazas cursando las altas cumbres, las paredes del Mondarruego y el Tozal de Mallo, las cumbres del Tallón, el Pico de Marboré, el Cilindro, el Monte Perdido, el Soum de Ramond, todas ellas por encima de los 3000 mts y el original corte de La Brecha de Rolando.
Sin duda las expectativas puestas en esta etapa se estaban cumpliendo, allí arriba uno desea que el tiempo se detenga para poder llenarse de tanta belleza, pero había que seguir, no podíamos quedarnos a dormir allí, teníamos que seguir adelante.
Al regresar del segundo mirador a la pista, descubrimos que al tubeless de la rueda trasera de Xisco le había salido una hermosa verruga. También nos encontramos con una pareja de guardas forestales que nos quisieron echar una pequeña reprimenda por estar por allí con las bicis, sin embargo Jorge “los convenció” de la sin razón de que no se permitan bicicletas y si se permita el tráfico rodado de un bus todoterreno turístico, además les explicó las infructuosas gestiones realizadas para solicitar la autorización de paso, ni ellos mismos sabían a quién hay que dirigirse, al final todos amigos, incluso se ofrecieron a bajar a Xisco con su bici.