Etapa 8: MONDOÑEDO - SOBRADO DOS MONXES
Podríamos decir que esta es la etapa más salvaje de todo el viaje, la que se mueve por las tierras más altas, de hecho contiene el techo de la ruta. Una extraordinaria expresión de la belleza bucólica de la Galicia rural, un crisol de sensaciones para los amantes de la BTT atravesando bosques de eucaliptos, castaños y robledales, mares de helechos, valles verdes con el ganado pastando, pequeñas aldeas con sus típicos hórreos y caseríos, todo ello aderezado con una agradable soledad pedaleando por pistas, caminos y carreteras con escasa circulación de vehículos.
![]() ![]() La portada de la catedral es nuestro punto de partida de esta 8ª etapa. Salimos por una carretera comarcal, sin apenas tráfico, por la que ascenderemos durante 8 kilómetros bajo las ramas de castaños, robles y eucaliptos pasando por algunas parroquias del concejo de Mondoñedo. Entre los claros de la vegetación se nos ofrecen preciosas panorámicas al valle con las cruces de la Orden de Santiago acompañando nuestro camino. La mañana está preciosa y los techos de pizarra de las aldeas resplandecen reflejando los rayos del sol matutino.
A poco más de 2 km de la salida nos encontramos las primeras aldeas y una fuente en la cuneta de la carretera donde cargamos agua fresca. En continuo ascenso nos vamos encontrando con pequeñas aldeas Foro, Moariz, Padín, Casavella, O Pedroso, Paiveira y por fin Lousada. En esta población, agrícola, ganadera y de típicos hórreos y tejados de pizarra, dejamos la carretera y cogemos un camino a mano izquierda que, tras bajar para cruzar el río da Pedra, sube hasta la ermita de San Cosme da Montaña. Giramos a la izquierda a la altura de la ermita y poco después cruzamos la N-634 por un camino. Continuamos por sendas, alguna pista de tierra y otras asfaltadas hasta Gontán tras una ligera bajada y como 0,5 km después llegamos en subida a Abadín. A partir de Abadín entramos en la Terra Chá, que como su nombre gallego indica, es una zona que se caracteriza por un trazado llano repleto de prados y pastizales. Abadín se abandona junto a la oficina de correos y continuamos por una pista, bastante ancha, hasta coger un camino a mano derecha que se interna entre robles y cruza un puente peatonal de madera. Una pequeña subida nos devuelve a una pista asfaltada con largas rectas que alternaremos con algún camino más sombrío hasta llegar a Martiñán, donde cruzamos la N-634. A la salida giramos a la izquierda por un camino que nos lleva hasta un puente medieval que cruza el río Batán. Seguimos de frente camino de Goiriz y llevando la nacional a nuestra derecha por una pista durante unos 6 km hasta que nos encontramos de nuevo con la nacional a la altura de Goiriz. Volvemos a cruzar la N-634 y, tras unos 100mt por ella, cogemos una pista por la derecha que nos permite esquivarla durante 2 km, para después volver a ella y continuar hasta Vilalba. Pueblo final de etapa de caminantes con albergue y todos los servicios. Salimos de Vilalba por una pista que pronto nos lleva a cruzar el río Magdalena primero y como 1,3 km después el río Trimaz. Continuamos en ascenso algo más de 3 km, pasamos por debajo de la autovía y nos volvemos a encontrar con la nacional a la altura de San Xoan de Alba. Seguimos unos metros por la carretera y la abandonamos por la derecha por pistas hasta la siguiente aldea, donde de nuevo el camino nos devuelve a la carretera y, en poco menos de 1 km en bajada, nos paramos en Casa Alejandro a la izquierda de la carretera para reponer energías, unos buenos bocatas bien “regaditos”. Tras la parada de avituallamiento, cruzamos la nacional y seguimos por una pista de frente que pasa por debajo de la autovía y que nos lleva a cruzar el río Labrada por le puente de Saa. En poco menos de 1 km el camino nos lleva de nuevo a cruzar, primero la autovía y después la nacional a la altura de una gasolinera, para continuar por un tramo de sendero y pistas que nos![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() alejan de la nacional durante unos 3,5 km para luego volver a encontrarnos con ella. Cruzamos otra vez la carretera y la autovía antes de entrar en Ferreira. Atravesamos la localidad, pasamos por la Ermita de San Bieito y tras cruzar dos arroyos cogemos la N-634 por la derecha y ya no la dejamos hasta llegar a Baamonde. Otro pueblo final de etapa para los caminantes y que por tanto dispone de todos los servicios.
En Baamonde nos volvemos a encontrar con las tres chicas de días atrás y tras el correspondiente saludo continuamos la etapa por la nacional VI en dirección La Coruña. Se acaba la Terra Cha y vuelve el rompepiernas, en esta última parte de la etapa alcanzaremos el techo de la etapa y de todo el viaje a poco más de 700 mt de altura. Como a 3 km de Baamonde abandonamos la N-VI y nos vamos por una pista a la izquierda, pasamos la vía del ferrocarril, un puente gótico sobre el río Parga y cogemos una senda boscosa junto a la Capilla de San Alberte, seguimos de frente en fuerte ascenso por una senda hasta un pequeño altiplano. Después continuamos por pistas de tierra y asfalto hasta llegar a Santa Leocadia y a continuamos Xeixón, antes de llegar al pueblo nos encontramos con un área de descanso que invita a pararse.
Alternando pistas y carreteras locales, el camino va cogiendo altura poco a poco, atravesando pequeñas aldeas y caseríos, hasta alcanzar la cota máxima después de Corteporcos, donde nos encontramos con la carretera LU-934, que tras pasar a la provincia de A Coruña cambiará su nombre por el de AC-934. Cogemos la carretera por la derecha y ya no la abandonamos hasta nuestro destino en Sobrado que se encuentra como a 10 km, pasando antes por Marco das Pias, donde paramos para refrigerarnos con unas birras, después Vilariño, Manciñeiras, Guitizá y la laguna de Sobrado que sirve de antesala a la entrada a Sobrado dos Monxes. En principio habíamos planificado hospedarnos en el albergue del monasterio, pero tras leer algunas crónicas en la red cambiamos de opinión y reservamos en el Hostal Marcus 981 78 75 27 donde Elisa nos atendió maravillosamente. Después de acomodarnos![]() ![]() en el hotel nos fuimos a sellar las credenciales y visitar el monasterio. Sin duda el pueblo creció en rededor y por causa de las instalaciones monacales. Después nos fuimos a cenar a un restaurante para peregrinos que hay en la salida del pueblo y que acertadamente nos recomendó la Sra. Elisa. En Sobrado no hay mucho que hacer y además como a las 9,30 se queda el pueblo vacío pues cierran las puertas del albergue y los peregrinos se recogen.
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