Etapa 7: LUARCA - MONDOÑEDO
Etapa larga pero cómoda. Se termina el Principado de Asturias y con ello las vistas sobre el mar los acantilados y las villas marineras. A poco más de mitad de etapa, en Ribadeo, entramos en Galicia por la provincia de Lugo, dando la espalda al Cantábrico para adentrarnos hacia el interior por bosques de eucaliptos.

Salimos de Luarca dejando atrás el olor a salitre, algunos barcos a punto de zarpar hacia los caladeros y un continuo movimiento de redes y aperos de pesca. Cruzamos el río Negro para ascender por la calle La Peña a la parte alta y después al barrio de Santiago. Se sigue en busca de Villuir, donde nos encontramos y cruzamos la N-634. Las señales nos llevan por una pista que discurre muy próxima a la nacional, y cuyo trecho alterna entre camino de tierra y el asfalto.
Nos encontramos con la AS-37, la cruzamos y seguimos de frente por una pista asfaltada que tras superar un caserío se convierte en tierra hasta desembocar en otra carretera local cerca de la nacional. Cogemos la local por la izquierda que nos lleva a atravesar la localidad de El Carreión y poco después desembocamos en la nacional. Continuamos por la N-634 hasta las inmediaciones de Piñera, donde la abandonamos durante un tramo de pista que transcurre paralela a la misma hasta cruzar las vías del tren. Después volvemos a caer en la nacional y en unos 500 mt, a la altura de Villaoril, nos vamos a la derecha por una carretera local en dirección Navia, a la que llegamos después de pasar por La Venta y La Colorada.
Atravesamos Navia, capital del consejo de mismo nombre, y cruzamos su ría. Las cruces de la orden de Santiago, fundada en el siglo XII para defender a los peregrinos que acudían al sepulcro del Apóstol, nos acompañarán a partir de aquí. Alternando la nacional con pistas, pasamos por Jarrio y después Cartavio para llegar a La Caridad, otro pueblo con albergue final de etapa de caminantes. Salimos de La Caridad por la carretera que atraviesa el pueblo y que nos sube de nuevo a nuestra compañera la N-634, por la que circularemos hasta llegar a Lavandera. Aquí abandonamos por la izquierda la nacional y nos dirigimos hacia el interior, primero a la población de Brul, de la que nos separan unos 6 kilómetros por camino cómodo alternando el asfalto y la tierra entre campos de maíz y siega.
Desde Brul nos dirigimos por Barrionuevo a encontrarnos con la AS-31 por la que entramos en Tol. A partir de aquí continuamos por la AS-31, atravesamos la N-640 y llegamos a Barres y después Figueras. Como 0,5 km despuás cruzamos la autovía y nos disponemos al cruzar la ría del Eo, cuya enorme bocana se salva por un impresionante puente, en el que nos paramos unos instantes para deleitarnos con las esplendidas vistas que ofrece nos ofrece su travesía, al mismo tiempo que damos un definitivo adiós al Cantábrico y al Principado de Asturias. Nada mas pasar el puente, una senda que surge a la izquierda en pronunciado descenso, nos acerca a la ribera y después al centro de Ribadeo.
Además de despedirnos de Asturias y del Cantábrico otro cambio que se presenta a entrar en Galicia es que la vieira de la señales está justo al revés, la parte amplia de la misma indica la dirección a seguir, además en los mojones nos indican los km que faltan para llegar a Santiago.
Siguiendo las señales atravesamos Ribadeo y salimos por una pista asfaltada paralela a la LU-5207 que picando hacia arriba nos lleva hasta Pastoriza en poco más de 2 km. Después no subimos a la carretera para llegar a la altura de Vilela en la que cogemos una pista por la derecha hasta Vilar. A continuación cogemos la LU-133 y en poco más de 1km llegamos a S.Vicente. Seguimos por la carretera que transita por el valle siguiendo el curso del río Lexoso durante unos 5 km hasta A Ponte. La LU-133 sigue picando hacia arriba algo más de 3 km hasta alcanzar la cota máxima de la etapa y a partir de aquí desciende por el prado hasta encontrarnos con la antigua N-634 a la altura de Vilamar.

A partir de Vilamar continuamos en bajada por la nacional algo más de 3 km hasta el desvío que nos lleva a Lourenzá, otro pueblo final de etapa para los caminantes con todos los servicios y en cuya plaza Mayor se encuentra el Monasterio Benedictino del Salvador que en ángulo con la iglesia manasterial conforman un impresionante conjunto arquitectónico.
De Lourenzá se arranca en considerable ascenso hasta Arroxo, después bajamos para cruzar la autovía y volver a encontrarnos con la N -634 por la que llegaremos picando hacia arriba a nuestro final de etapa en Mondoñedo, ciudad que por su historia y monumentalidad es una de las ocho capitales más importantes de Galicia. Su Catedral – Basílica del siglo XIII de estilo Cisterciense dio origen al crecimiento y formación de la ciudad en torno a ella. Dos esbeltas torres y un hermoso rosetón flanquean su fachada y en su interior se conservan unas buenas pinturas murales medievales y el órgano. Se comunica con el adosado Palacio Episcopal, que alberga el Museo Catedralicio y Diocesano que conservan piezas que demuestran el glorioso pasado de la ciudad.
En Mondoñedo nos hospedamos en el albergue municipal, nuevo y con buenas instalaciones. También estaba bastante concurrido, está claro que el Camino de Norte empieza a popularizarse. Esa noche en la camareta coincidimos con un caminante roncador que dejo a la altura de una alpargata a nuestro roncador oficial Xisco. Estamos en la Galicia rural y se nota la despoblación, aunque la localidad tiene alguna animación, especialmente en una coqueta plaza con varios bares y restaurantes donde pudimos reponer fuerzas convenientemente.