Etapa 6: AVILÉS - LUARCA
Etapa intensa, por su longitud y por su perfil quebrado que se mueve entre el nivel del mar y los 170 mt de altitud aderezado con algunas rampas respetuosas. Transcurre por un trazado que tiene un poco de todo, algunas pistas y senderos boscosos, que en la primera parte nos guiarán a través de una gran variedad de aldeas, ermitas, palacios y playas, para después continuar gran parte del recorrido por la antigua nacional o carretera del Cantábrico cuyo tráfico se ha visto aliviado considerablemente por la autovía homónima.
Comenzamos la etapa con la rutina matinera desayunando en el Hotel San Pedro, que está justo enfrente del Hostal La Fruta donde nos hospedamos y que pertenece a los mismos dueños, de hecho las bicis dormieron en el hotel. ![]() ![]() Salimos de Avilés callejeando en busca de la Avda. Alemania que nos sacará de la ciudad hacia el barrio de San Cristobal, subimos una colina desde donde se observa una hermosa vista de Salinas, localidad turística a la que bajamos bordeando la colina.
Tras callejear por Salinas salimos de la villa por la vía principal en dirección a San Martín de Laspra. Después de San Martín y alternando tramos asfaltados y pistas entre bosques, pasamos por El Pontón, Villar, El Muro y Vegarrozadas, para al final desembocar a la altura de La Casona en una carretera que por la izquierda nos lleva a la N-643. Aquí nos asaltan algunas dudas de orientación que se agravan al encontrarnos con otros alforjeros que van en sentido contrario. Comprobamos la ruta en el gps y continuamos de frente pasando por debajo de la autovía para encontrarnos con la antigua N-632 que la cogemos por la derecha. La carretera está cortada al tráfico y posiblemente eso fue lo que hizo darse la vuelta a los otros alforjeros. Cogemos la N-632 por la derecha en subida, en poco menos de 1 km observamos el derrumbe que motiva el corte de la carretera, prácticamente la mitad de ella se fue barranco abajo y parece que no hay intención de repararla. Coronando el ascenso se abre ante nosotros el valle del río Nalón desembocando en el Cantábrico con la localidad de San Esteban en su orilla izquierda. Después continuamos en bajada por la N-632 en dirección a Soto del Barco, aquí dejamos la carretera nueva y cogemos un tramo de la vieja N-632 que nos llevará igualmente al puente que cruza el río Nalón. Tras regodearnos con las vistas del valle del Nalón, continuamos por la carretera en subida, ignorando las señales amarillas que retiran y devuelven al caminante de la carretera, para en unos escasos 3 km llegar a la plaza de Muros del Nalón. Aquí aprovechamos para realizar una pequeña parada de avituallamiento y nos encontramos con tres chicas que también están haciendo el camino, tras el correspondiente saludo, ellas siguen ruta mientras nosotros terminamos el refrigerio en la plaza de Muros. Bajamos de Muros al valle para cruzar dos veces las vías del tren que zigzaguean esquivando una colina. Nosotros, no la esquivamos y entramos en una bonita zona boscosa que después en bajada nos lleva a un puente de madera que cruza el arroyo en el barranco de Olaya. Después la pista se convierte en un sendero que nos permite disfrutar de los últimos km sin asfalto de esta etapa. El sendero cruza de nuevo la vía del tren y desemboca en una carreterita que cogemos por la derecha y que nos llevará hasta la CU-2 para entrar en El Pito. Después de hidratarnos continuamos la etapa atravesando el pueblo que nos ofrece la majestuosa imagen del Palacio de Los Selgas. Salimos de El Pito y a continuación nos vienen unos 2 km de bajada que nos aterrizan en el centro del precioso y coqueto pueblo, la bajada ha sido bonita y ya sabíamos que eso significaba tener que volver a subir, pero la visita a Cudillero merece la pena, pues es una de las localidades más bonitas de la costa asturiana. Salimos de Cudillero por la esquina de las instalaciones portuarias, por la carretera CU-3 con unas rampas de subida que en algún punto superan el 10 %.La CU-3 nos lleva hasta una rotonda de la antigua carretera del Cantábrico la N-632, la cogemos por la derecha para pasar por La Magdalena y Rellayo. A continuación un tramo pegados a la autovía del Cantábrico para después cruzarla y entrar en una zona boscosa que, primero por pista asfaltada y después tierra, nos llevan a encontrarnos de nuevo con la N-632, ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() ![]() la cogemos por la derecha para entrar en Soto de Luiña, pueblo con albergue y final de etapa de los caminantes.
Paramos en Soto de Luiña para almorzar en un bar con ambiente de peregrinos y donde volvemos a coincidir con las tres chicas y con otro peregrino ciclista que había rota la cadena y que nos pidió ayuda, el tipo tenía toda la pinta de haber sacado la bici de las profundidades de un cuarto trastero y se había puesto a pedalear, le prestamos el troncha cadenas, se lo coge se lo mira y pregunta ¿y esto como funciona?, al final una de las chicas tuvo la amabilidad de mancharse las manos por él y arreglarle la cadena.
Después del avituallamiento continuamos la etapa por la antigua nacional que apenas tiene tráfico gracias al trazado cercano de la autovía. A partir de aquí será la nacional nuestro camino, con algunos tramos bastantes bonitos entre bosque y con un trazado sinuoso, pasamos por las localidades de Novellana, Castañeras, Ballota y Cadevedo. Después de Cadevedo continuamos por la carretera con el trazado de la autovía a nuestra izquierda hasta llegar a la altura de Queirúas, donde nos acercamos a ella para cruzarla y entrar en la carretera de La Espina, que nos lleva a encontrarnos con la N-634 por la que cruzamos el río Canero a la altura de la central lechera. Continuando por la N-634, volvemos a cruzar la autovía y pasamos cerca de Caroyas, Barcia y antes de llegar a Almuña cogemos a la derecha en dirección Luarca. ![]() ![]() Llegamos a Luarca por la parte alta y las vistas desde el faro son impresionantes, otro precioso pueblo de la costa Asturiana. Luarca es una villa marinera dividida en dos por el río Negro y también se le conoce como la Villa Blanca de la Costa Verde. La pesca de la ballena se siguió practicando en Luarca hasta el siglo XVIII y actualmente sigue manteniendo una gran actividad pesquera y comercial. Su casco urbano dispone de barrios típicos como La Pescadería y el Cambaral, que se amplían con los de la Zapatería, La Carril y La Peña. Asimismo algunas edificaciones significativas son el Palacio de los Marqueses de Ferrara y la Casa Guatemala. En definitiva un bonito pueblo como final de etapa. Nos hospedamos en Hotel Baltico, paseo muelle1 tlf. 985.640.991
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