y el resto se adelantan con Antonio pues quedan más de 20 km hasta Segorbe y no se podrá sentar en todo el recorrido. Susana, que estaba ya en Segorbe, se informa de la existencia de un taller en el pueblo, nos informa de dónde está y nos espera allí.

En unos 6,5 Km llegamos a Jeríca, la Vía Verde está señalizada por el interior de las propias calles del pueblo ya que el trazado original se perdió con la obras de la autovía. Se sale de Jerica por la carretera CV-2330 y a 1,3 km retomamos por la derecha de nuevo el trazado del antiguo tren minero. Unos 4 km después llegamos al Embalse del Regajo y unos 8,5 km después llegamos a Segorbe después de pasar por Navajas y Altura. Justo en la entrada a Segorbe nos reagrupamos de nuevo los dos grupos.

Llegados a Segorbe, los que tienen problemas mecánicos se van al taller dónde espera Susana y el resto siguen derechos al hotel. Una vez reparadas las averías, duchaditos y cambiados, paseo por el pueblo con chaparrón incluido, cena gin- tonic y a la cama.

Nos hospedamos en Hospedería El Palen; C/ Franco Ricart, 9; Tlf. 964 710 740.

En unos 15 km más llegamos a Sarrión. Después de Sarrión pasamos un túnel pequeño y a unos 6 km nos encontramos con el túnel y viaducto de Albentosa, ambos los más espectaculares de todo el recorrido, el túnel por su longitud y porque además hace curva y el viaducto por su tamaño y altura sobre el barranco formado por el cauce del río Albentosa.

Después de Albentosa empiezan los llanos de Barracas, la gente se anima un poco, José Luís y Marisol meten plato y se escapan por delante, el resto sigue a buen ritmo y en unos 17 km llegamos a Barracas con Pedro caminando porque había pinchado en la llegada al pueblo. En un bar restaurante de la carretera nos despachamos una tremenda flauta con jamón de Teruel convenientemente regada con rubio elemento. Al salir del bar Marisol otra vez tiene un pinchazo, reparamos en la gasolinera de la carretera y Antonio Sánchez aprovecha para deshacerse de un candado de bici del cual perdió la llave y ya lleva muchos km paseándolo inútilmente.

Tras el avituallamiento y reparaciones nos incorporamos de nuevo a la pista de la Vía Verde, nos quedan unos cuantos km de llano para después iniciar una tendida bajada, pasamos varios túneles y algún viaducto, el grupo se caliente y se organiza una volata durante varios km, en plena volata nos encontramos con otra culebra en la pista pero esta vez no da tiempo a evitarla y al menos un par de bicis le pasan por encima, con esto el grupo se relaja y volvemos al ritmo normal.

Así durante 24 km para llegar a Caudiel, dónde unos mt antes de alcanzar el túnel que da entrada al pueblo, a Antonio López se le parte la tija del sillín. Salimos del túnel y al entrar en el pueblo nos encontramos con unos chavales en bici a los que les preguntamos por algún taller de bicis para cambiar la tija de Antonio, los chavales nos llevan a un taller a la parte alta del pueblo, menuda rampa, nosotros con la lengua fuera y algún chaval pedaleando con una mano y con un bocata en la otra ¡divina juventud!.
El taller es el clásico multiusos de pueblo en el que evidentemente no tienen una tija de repuesto. Juan Pablo también va pinchado así que el grupo se divide, unos cuantos se quedan con él mientras arreglan el pinchazo

La pista va subiendo suavemente cruzando algún viaducto y encajonándose en algunos tramos entre las trincheras de la antigua vía, con la Autovía Mudejar (A-23) a nuestra derecha y la Sierra del Javalambre sobre ella. En unos 7,8 km se corona el puerto del Escandón dónde cruzamos por encima de la autovía para continuar paralelos a la misma ya por llano y en ligera bajada. En el camino nos encontramos una hermosa culebra que tomaba el sol tranquilamente en la pista, la desperezamos y le hicimos regresar al campo pues allí corría el riesgo de ser planchada. A los 8,7 km llegamos a la altura de la Estación de La Puebla de Valverde dónde hay una fábrica de embutidos y recientemente han abierto un bar restaurante que pronto también será hostal para cubrir las necesidades del tránsito de la propia Vía Verde y de la cercana estación de esquí del Javalambre.
Repostamos energías y descansamos un poco en el bar, para seguir nuestro camino por la remozada Vía Verde que transita paralela a la actual vía férrea de RENFE.

Antes de partir quisimos dejar constancia del uso de la camiseta que nos habían regalado Unicaja y que mejor marco que la plaza del seminario con la Torre de San Martín a nuestras espaldas. Susana se queda en Teruel y hará la etapa en autobús siguiendo las prescripciones facultativas, así que con un integrante menos el grupo sale de Teruel en dirección a la Vía Verde de Ojos Negros.

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A la salida de Teruel, en la rotonda para coger la N-234, nos metemos por una pista que sale paralela por la izquierda de la carretera. Tras un 1 km la pista se aleja de la carretera e inicia una subida, después un pequeño rodeo de 1,1km para bajar a encontrarnos con la pista o Camino de las Suertes que lleva a la Zona Recrativa de Fuente Cerrada en 1 km. A continuación seguimos en ligera subida por el camino unos 3,5 km dónde nos encontramos con el viaducto por el que la Vía Verde salta nuestro camino.
Nos salimos del camino hacia la izquierda por una rampa, para montarnos en el antiguo trazado del tren minero que bajaba el mineral desde las mina de Ojos Negros hasta Sagunto y que actualmente está en un excelente estado para disfrutar de pedalear.

La etapa transcurre sobre el trazado del antiguo tren minero hoy convertido en la Via Verde de Ojos Negros. A la salida de Teruel, atravesaremos la zona de recreo de Fuente Cerrada para después “subirnos” sobre ella. En ligera subida durante algunos kms alcanzaremos el Puerto del Escandón. A partir de aquí la vía nos acerca a la Puebla de Valverde, Carrión, Albentosa, Barracas, Cuadiel, Jérica, Navajas, Altura y finalmente Segorbe. Durante el recorrido se atraviesan los túneles, viaductos y trincheras del recorrido abandonando las cotas de la montaña turolense para adentrarse en la provincia de Castellón por la Comarca del Alto Palancia, cuyo marco físico coincide básicamente con la cuenca hidrográfica del Río que le da nombre y que es el eje vertebrador de la comarca, pasando de los cultivos de cereal en las llanuras de Barracas a los de naranjos, olivos y algarrobos en la parte baja de Segorbe. A ambos lados del río se extienden, en su misma dirección, la Sierra de Espadán (declarada recientemente Parque Nacional) y la sierra Calderona.

SEGORBE: enclavada en la comarca castellonense del Alto Palancia, está edificada sobre dos cerros, el de Sopeña y el de San Blas. Los hallazgos arqueológicos encontrados en el cerro de Sopeña sitúan un asentamiento humano en torno al 1500 a. C. que después sería habitado por íberos, romanos y musulmanes. Tras la Reconquista, llevada a cabo por Jaime I de Aragón hacia 1245, se levantó en la cima del Cerro el castillo - alcázar de los reyes de Aragón Martín "El Humano" y su esposa María de Luna y, posteriormente, de los señores y duques de Segorbe, hasta el siglo XVI.En el siglo XVII el título de duque de Segorbe, ostentado casi siempre por componentes de la Casa Real de Aragón, pasó a los duques de Medinaceli.

De su pasado defensivo, la villa conserva las torres cilíndricas del Botxí y de la Cárcel, que formaban parte de la antigua muralla junto con el Arco de la Verónica. Las fiestas patronales de Segorbe, declaradas de Interés Turístico, se celebran a finales de agosto e incluyen un programa repleto de actos culturales, religiosos y lúdicos, entre los que destaca el encuentro de toros y caballos.

Durante la guerra de la Independencia fue ocupada por los franceses y ya en siglo XIX sufrió las consecuencias de las Guerras Carlistas. Buena parte del término de Segorbe está determinado por la sierra Calderona, dibujando relevantes áreas naturales como Tristán, La Jabonera, Mocha, etc., brindando interesantes rutas tanto pedestres como de bicicleta de montaña. Y las mismas riberas del Palancia son lugares para disfrutar del ocio excursionista, destacando parajes que son atractivos para el paseo, como el de la popular Fuente de los 50 Caños. Aparte de esta fuente destaca el Manantial de la Esperanza, que además de abastecer de agua a la población, riega su ancestral huerta.