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Salimos por la carretera GU-9059 en dirección Castilnuevo paralelos al río Gallo, en 2 km abandonamos la carretera cruzando sobre el río para tomar una cómoda pista que es el camino de Molina a Torremochuela. Con ligeros toboganes la pista va subiendo ligeramente entre campos intensamente verdes, cruzamos la pista que por la izquierda llega a Castilnuevo, después en 2,3Km llegamos a un cruce de pistas nos vamos por la derecha, en 3.4 km llegamos a Torremochuela tras cruzar tres pistas que por la izquierda llevan a Pradilla.
Atravesamos Torremochuela y salimos por el camino a Traid pero en 150 mt giramos a la izquierda por una pista, 2,7 km después topamos de frente con la carretera que por la derecha en 1 km nos introduce en Torrecuadrada de Molina. Atravesamos el pueblo y salimos por el camino de Terzaga, en 500 mt se abre en dos la pista y nosotros nos vamos por la izquierda con una fuerte rampa que da inicio a los 5 km de cuesta en línea recta, una cuesta pestosa. Sin prisa pero sin pausa cada uno la va subiendo a su ritmete y al final nos reagrupamos todos arriba.
Una vez arriba y tras un pequeño descanso continuamos por pista llana que en 1 km se abre y cogemos por la izquierda (Martín por la derecha pero como esta vez va delante le podemos gritarle que regrese), esta pista nos lleva en unos 4 km a Traid. Atravesamos el pueblo para en unos 500 mt encontrarnos con la carretera GU-969 a la altura del PK 17, nos vamos por la izquierda en dirección Alcoroches, dónde llegaremos después de 10 km de sube y baja por carreterita de asfalto rodeados de pinos.
En Alcoroches nos planteamos qué hacer con el almuerzo, al final decidimos comprar viandas en una tienda del pueblo, con la intención de hacer una parada en una hipotética área de descanso que encontraríamos en nuestro camino según las indicaciones de la tendera.
Salimos de Alcoroches por el camino de Orea pero justo a los 100 mt sale un pista por la derecha que era el recorrido de nuestro track, esto nos sacó del camino de Orea en dónde en teoría está el área de recreo que nos comentaron en la tienda, ambas pistas se unen en el collado. Nuestra pista va ganando altura con una pendiente media del 8 al 10%, a nuestra izquierda se observa una plaza de toros portátil, en 2,3 km la pista se allana un poco y decidimos parar a dar cuenta de las viandas que habíamos comprado.Otra de las características geológicas más destacables de la Sierra de Albarracín son los macizos rocosos llamados «muelas», que sobresalen del paisaje con sus paredes verticales y perfiles aplanados en la zona superior. La mayor parte de esta serranía está cubierta de bosques de pinos, sabinas, arces y robles, intercalados de verdes prados y árboles de ribera junto a los ríos. Uno de los mayores sabinares de Europa está en Saldón y entre las profundas gargantas excavadas por los ríos abundan los densos pinares.
La Ciudad de Albarracín es Monumento Nacional desde junio de 1961. En diciembre de 1996 recibió la medalla de oro al merito en las bellas artes. Actualmente se encuentra propuesta por la UNESCO para ser declarada Patrimonio de la Humanidad. Emplazada en una colina, es ciudad medieval que se asienta en el istmo y la península que forma el río Guadalaviar. Está rodeada en sus cuatro quintas partes por un profundo tajo que hace de foso defensivo, complementado por el imponente cinto de murallas que culminan en el castillo del Andador. Cuenta con abundantes monumentos, como la Iglesia de Santa Maria, la Catedral, el Palacio Episcopal, algunas mansiones señoriales, entre las que destaca la de los Monterde, y una peculiar arquitectura popular donde destacan la casa de la Julianeta, la casa de la calle Azagra, la plaza de la Comunidad y la pequeña y evocadora Plaza Mayor.
Pero el encanto de Albarracín está sobre todo en el trazado de sus calles adaptadas a la difícil topografía del terreno, con escalinatas y pasadizos y en el conjunto de su caserío de muros irregulares, de color rojizo, con entramado de madera, en difícil equilibrio, con aleros que se tocan. Cada rincón, cada casa, es objeto de admiración por sus puertas y llamadores, sus diminutas ventanas con visillos de encaje, sus balcones corridos en rica forja y de madera tallada, ... El monumento principal de Albarracín es la ciudad misma, con todo su sabor popular y aristocrático, reflejo de su historia y del buen hacer de sus gentes.
Albarracín enamora y merece la pena visitarla, es una ciudad que resuma historia. Desde la más lejana prehistoria estuvo poblada Albarracín y sus tierras, como prueban las pinturas rupestres del Rodeno. Sobre castros celtas surgió la población romana, que al cristianizarse se llamó Santa María de Oriente. Con la invasión musulmana llegó aquí un grupo berberisco de la tribu de los Ibn-Racin, que le dio su nombre de villa. Los Razín proclamaron su independencia e hicieron de Albarracín una taifa que duró más de un siglo. Este carácter indómito e independentista no se borraría con los años. Al contrario, la taifa fue la última, junto a Zaragoza, en claudicar ante las dinastías almorávides.
Pero la historia no se para ahí. Desaparecida la dominación árabe, un caballero de nombre Pedro Ruiz de Azagra, de Navarra, se hizo con Albarracín convirtiéndola en un fuerte acordonado por una muralla que aún se conserva en perfectas condiciones. Albarracin se conserva igual que en el siglo XVII, cuando empezó su decadencia. Azagra rompió relaciones con Aragón y Castilla. Sus sucesores gobernaron como señores feudales hasta bien entrado el siglo XVI. Entonces, la historia recriminó a Albarracín su carácter indómito y la castigó con el ostracismo. Pero ya era tarde, Albarracín se había hecho con un perfil tan inconfundible y original como bello. Todo lo que fue lo puede ahora admirar el viajero.![]() |