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6ª Etapa: POLA DE SOMIEDO - BARRIOS DE LUNA
En la primera parte de la etapa abandonamos definitivamente tierras asturianas remontando el último "grande" de este viaje, el puerto de Somiedo que ejerce de frontera con León. Dejamos atrás el concejo de Somiedo y su Parque Natural y entramos en León por la Comarca de Babia-Luna, situada en los 2 valles del río Luna. A partir de aquí "Estaremos en Babia" admirando los verdes prados, valles y altas montañas de esta comarca, regresaremos al entorno del Espacio Natural del Valle de San Emiliano por su parte sur y, siguiendo la ribera del río Luna, bordearemos el inmenso embalse de Barrios de Luna para terminar bajo su presa.
Conscientes de que es el último día por las maravillosas tierras asturianas y de que la etapa no es demasiado exigente, la salida se ralentiza, parece que tenemos pereza para abandonar Asturias. Tranquilamente salimos de Pola de Somiedo por la As-227, casi de inmediato el camino se va empinando hacia arriba con pendientes que oscilan entre el 6-7%, entre terreno boscoso custodiados por las sierras laterales que en algunas zonas estrechan bastante el valle del río Somiedo. En poco menos de 2 km dejamos a la izquierda la aldea de Gúa, que se cobija a los pies de Pico Mochada, Pico Arguméu y el collado Chagariechu. Poco más de 1 km después pasamos por la aldea de Caunedo protegida por los picos de La Gata, Mocoso y La Granda.

Después de Caunedo el valle se ensancha y en el horizonte aparecen cerrando el paso las sierras de los altos de La Encarracalina y El Putracón. La carretera sigue subiendo esquivando la sierra frontal y bordeando los picos de La Gata y Los Pacharones en cuyas laderas se ubica la localidad de La Peral. Ahora ya nos acompañan los postes indicadores para la nieve invernal en lugar de los árboles que nos daban sombra hasta aquí. Después del paraje de La Cuesta tenemos un par de curvas de herradura que nos sirven para coger un poco de altura en las sierras frontales, y después superamos el barranco del arroyo de Llamardal y poco más adelante dejamos a la izquierda el desvío a la aldea del mismo nombre.

Seguimos remontando el puerto y un poco más adelante dejamos por la derecha el desvío a La Peral cuyo núcleo se nos muestra arriba desparramado por la ladera de la sierra. A continuación alcanzamos las curvas de Nisaléu que con su forma de herradura nos permiten coger altura sin aumentar la pendiente; después de superar las tres curvas se nos presentan unas espectaculares vistas de la subida y del Valle de Somiedo. Enseguida la pendiente disminuye y, tras girar a la derecha, se abre ante nosotros el paraje de la Vega de La Ventana, con una larga recta en la que encontramos el cartel de la cima del puerto antes de alcanzar la pequeña localidad de El Puerto, de la que sale una ruta a Valle de Lago, donde estuvimos ayer.
En poco menos de 2 km cruzamos el limite autonómico y provincial y entramos en León, por un páramo en el que hace un frio que raspa, la carretera empieza a descender y con la velocidad el aire frio hace que nos pongamos todo el abrigo. Estamos en la Comarca de Babia - Luna, comarca ganadera, famosa por sus yeguadas, por sus rebaños de ovejas merinas y la transhumancia. La comarca está dividida en dos zonas: Babia-Alta (Cabrillanes) y Babia Baja (San Emiliano). A partir de aquí "Estaremos en Babia" admirando los verdes prados, valles y altas montañas de esta comarca donde los Reyes de León encontraban la paz pasando temporadas de verano, cuando todavía los Condes de Luna no habían fijado aquí su puesto de mando. Está bien comunicada, habitada por gentes pacíficas e hidalgas y en aquella época leal al Rey, llena de lugares para cazar corzos, jabalís, osos, etc. Los Alfonsos, Ramiros, Fernandos y Ordoños se encerraban en Babia huyendo de las intrigas de la Corte leonesa y de las ambiciones de Nobles; cuando los súbditos echaban de menos a su Rey o lo necesitaban para resolver sus asuntos diarios, o cuando simplemente alguien preguntaba por él, los ministros contestaban : "EL REY ESTÁ EN BABIA", bien porque se encontraba físicamente allí disfrutando de la paz y de los placeres de la comarca, o bien porque se encontraba distraído con los recuerdos de su agradable retiro, o porque no quería saber nada de la Corte. Esta expresión se hizo coloquial y pasó al lenguaje común que utilizamos para definir a la persona distraída o que parece ausente.
La carretera cambia de nombre, ahora es la CL-633 o Le-495, y desciende siguiendo el curso del río Del Puerto por la Babia Alta; en unos 4.5 km tenemos a la derecha la localidad de Meroy. Un poco después, antes del llegar al siguiente pueblo Vega de Viejos, la carretera cruza el río Sil que nos viene por la izquierda, aquí cogemos por la izquierda en dirección a La Cueta por una bonita carretera local que remonta el río. Como en 2.5 km nos encontramos con Cacabillo, una pequeña aldea que es el punto donde abandonamos el asfalto y empieza el empujing de esta etapa. En el interior de la aldea hay un puente que cruza el Sil y después por detrás de las casas sale una pista que remonta la colina zigzagueando y que se convierte en estrecho sendero entre pasto de montaña.

Después de poco más de 1 km empujando colina arriba alcanzamos un cercado de alambre de espino que nos cerraba el paso. Bicicletas por arriba y pedaleantes reptando superamos el vallado y ante nosotros se abre una preciosa panorámica de la Laguna de Lago de Babia en un coqueto valle a la sombra de Peña Larga. Se trata de una zona húmeda permanente, que recibe agua de manera continua, por aportes subterráneos, a lo que hay que añadir el agua que proviene de la lluvia y la nieve, rodeada por los picos Campos, Puñin y Cameirón. Alberga una comunidad faunística de interés por lo que se incluye en el catálogo de zonas húmedas de C. y L. Además es posible observar en lo alto de la Peña Larga algún Buitre Leonado en los días claros.
Aunque habíamos tenido que empujar un poco para llegar, la opción de alcanzar la laguna desde Cacabillo fue todo un acierto. Después de una parada de observación de la laguna y su precioso entorno, continuamos por una pista asfaltada que baja cómodamente hasta la localidad de Lago de Babia. Seguimos descendiendo por el valle y en unos 2 km alcanzamos la localidad de Las Murías, no sin antes dejar a la izquierda la iglesia de San Mamés que luce orgullosa su esbelta espadaña en una pequeña elevación del prado. Huyendo del asfalto, al entrar en el pueblo giramos a la izquierda por la calle mayor y lo atravesamos hacia el norte para a continuación remontar el barranco durante 1 km escaso. Después la pista gira a la derecha bordeando el monte de La Mata y corona una pequeña collada para alcanzar el paraje de La Cuesta.

A partir de aquí tenemos algo más de 1,5 km por un sendero que por momentos es el propio lecho del arroyo que desciende por el pequeño valle hasta San Félix de Arce, el tramo tiene su "puntito" aunque algunos refunfuñan contra los sherpas del "pepeese" porque se han embarrado las zapatillas. La iglesia de San Félix, santo de gran devoción medieval, se sitúa en un alto que te ofrece una bella panorámica del valle de Babia. Junto a sus muros encontramos un árbol de incalculable edad, al pié del cual antiguamente se celebraban los concejos abiertos de la Babia Alta.

Continuamos la etapa por la carretera CL-623 que recorre el valle del río Luna y en poco más de 3 km alcanzamos la localidad de Huergas de Babia donde paramos para recargar las pilas. Después del avituallamiento atravesamos el pueblo y salimos por una pista asfaltada que se dirige a Riolago, cruzamos el río Luna y poco después abandonamos el municipio de Cabrillanes (Babia Alta) y entramos en el del San Emiliano (Babia Baja). Como en 1.8 km llegamos a Riolago, el pueblo más monumental de Babia, con el Palacio de los Quiñones, perfectamente restaurado, la casa del Escribano, y el resto de edificios que no desmerecen en absoluto los anteriormente citados y su fiesta la más afamada de la Babia baja. El emblema heráldico alardeaba de su fama con la divisa "A Costa de mi Quiñón, de a España el Mejor Blasón".

Después de Riolago tenemos unos 4,5 km por pista, siguiendo el valle por la cuenca derecha del río Luna; por nuestra derecha una linea de sierras que oscilan en torno a los 1600 m y, por la izquierda al frente, se divisa el majestuosos macizo de Las Ubiñas con las cumbres de la Ubiña Grande (2.417) y Ubiña Pequeña (2.197) y sus diferentes perspectivas que irán cambiando en nuestro transcurrir por el valle. Atravesamos el arroyo de Retuertas y poco después el arroyo de Villasecino, continuamos por el margen derecho de éste último, pasamos por delante de la ermita de la Virgen de Lazao (donde se celebra la romería el 15 de Agosto) y cruzamos el río Luna para retomar la CL-623 en las inmediaciones de Villasecino.

A partir de aquí nos quedan unos 29 km por la CL-623 bordeando el embalse de Barrios de Luna, inaugurado en 1956 para poder establecer zonas de regadío en la zona del Páramo Leonés y la comarca del Órbigo. Por el camino dejamos San Emiliano y entramos en la Comarca de Luna por sus municipios de Sena de Luna primero y Los Barrios de Luna después. En el recorrido se aprecian los contrastes y consecuencias de la evolución humana, en algunos puntos del embalse asoma alguna torre de pueblos que antaño tenían su vida y que quedaron inundados por el bien común; algún antiguo puente hoy fuera de servicio y otros más modernos, como el puente atirantado por donde cruza la Autovía de La Plata en su camino hacia Asturias.
Desde nuestro regreso a la CL-623 en Villasecino tenemos unos escasos 5 km todavía por el municipio de San Emiliano siguiendo la cuenca izquierda del río Luna en su camino hacia el embalse. Sin solución de continuidad entramos en al municipio de Sena de Luna, pasamos la aldea de Rabanal de Luna y después el valle se abre y dejamos a la izquierda la capital del municipio Sena de Luna y a continuación ignoramos por la derecha el desvío a Lancara. Después el camino se retira de la cuenca para bordear una pequeña colina y pasar por Pobladura de Luna, retornando a continuación a la vera del embalse por donde ya podemos apreciar en una y otra orilla los restos de los pueblos inundados en su construcción. Después pasamos por debajo del puente atirantado Ingeniero Fdez Casado, una impresionante obra de ingeniería que en su día batió el record de longitud en puentes de su categoría. A continuación cruzamos otro puente para salvar un brazo del embalse y a la izquierda dejamos el camino a Caldas de Lana y su balneario. Nosotros seguimos bordeando el embalse en dirección a Los Barrios y como en 1 km llegamos a un puente en ruinas que no podemos cruzar, lo que nos obliga a bordear otro pequeño brazo del embalse dejando a la izquierda el desvío a Aralla. La carretera continúa por un carrusel de pequeñas subidas y bajadas, atravesando pequeñas trincheras y salvando los barrancos que desaguan en el embalse. Entramos en el municipio de Los Barrios de Luna, pasamos por Miñera y después Mirantes, con su Club Náutico y su camping, antes de llegar a la singular presa de Los Barrios de Luna, una mezcla de murallón natural y obra de ingeniería que es digna de admirar. Desde lo alto de la presa resulta impresionante el paisaje que se divisa, por un lado los más de 300 millones de m3 de agua contenidos, y por otro el valle del río Luna y, a su izquierda, la capital del municipio, un coqueto pueblo que se antoja insignificante al lado de semejante obrón.
Después de disfrutar de las panorámicas desde la presa bajamos al pueblo para terminar la etapa. Nos alojamos en casa de Pepe y Mari, 987581414, un matrimonio mayor encantador que nos atendieron estupendamente, en su día regentaron un restaurante que ahora solo lo usan para sus hospedados, disponen de un bonito edificio con varios apartamentos, nosotros ocupamos 3 de ellos y nos salió a 31 € por pers. en régimen de media pensión. Después de acomodarnos tuvimos la oportunidad de disfrutar de la conversación de Pepe que nos contó la historia de la construción de la presa en la que evidentemente él mismo trabajó y, cómo durante los años que duró su construcción, aquel pueblo fue el centro del universo con multitud de gentes llegadas de todas las partes de España.
Ante la inevitable pregunta de si no tenían miedo de vivir a los pies de semejante "bidón de agua", Pepe nos contaba orgulloso que aquella era la presa más segura que pueda existir, aportándonos datos de la obra delante de las fotos antiguas de su construcción que adornan las paredes de su restaurante. Todavía tuvimos tiempo de dar una vuelta por el pueblo y, mientras unos echaban unas cervecitas con tapas, otros visitaban la pequeña central eléctrica que hay al pie de la presa para poder acercarse a observar la presa desde abajo y los dos ejemplares de las enormes válvulas de desagüe de la misma que están en exposición.
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