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Tenemos por delante un etapón con una primera parte por las entrañas de la sierra sin ningún sitio donde repostar, asi que antes de salir compramos pan y con las viandas que compramos ayer nos preparamos unos bocatas de jamón y queso en la plaza del pueblo. No obstante, si hubiésemos sabido ayer por la tarde la calidad y cantidad del desayuno que ofrece la Sra. Queta, de la Casa Rural La Huerta del Cura, no habríamos preparado los bocatas, pues al final el carburante del desayuno nos llegó hasta Pampaneira donde al final dimos cuenta de ellos después de transportarlos por toda la sierra toda la mañana.
Salimos de Nigüelas con la mente puesta en las cuestas que nos vamos a encontrar después de cruzar el río Torrente, son muchas las advertencias que hemos recibido respecto a la dureza de de esta salida y todas acertadas. Son unos 2 kms durísimos, con algunas rampas que alcanzan el 20%, recuerdo el comentario de Julen en el foro que nos pronosticó “vais a echaros una risas en la salida de Nigüelas”, ¡¡risas dice¡¡¡, menudo “jartón de reir” te pegas en esos 2 km, además arrancando en frío, algunos tuvimos que practicar el “empujing”. Pero bueno, aparte de la dureza, la subida es espectacular, la pista sube zigzagueando por la montaña ofreciéndote maravillosas vistas, el pueblo y el barranco del río Torrente se van empequeñeciendo a nuestros pies y el valle de Lecrín se va engrandeciendo, se empieza a divisar el pantano de Beznar y las colinas nevadas empiezan a acercarse por encima de nosotros.

Tras el subidón, la pista te da un respiro y se aplana, incluso en algunos tramos con pendiente negativa continuamos bordeando la loma y cruzando barrancos siguiendo las indicaciones a Lanjarón, creo recordar que hasta 3 indicadores. En cuanto a las indicaciones hay que apuntar que a lo largo del recorrido por Sierra Nevada nos encontramos indicaciones del sendero SULAYR, un sendero circular de 300 km distribuido en 19 tramos que circunda Sierra Nevada.

Unos 2,5 km después del barranco de Tablate o de las Encinas nos encontramos con la indicación de la pista de Tello que sube por la izquierda, a la derecha nos iríamos por el GR7 en bajada a Lanjarón. Nos vamos por la izquierda en subida en dirección a Tello, como a 1 km del desvío podemos comprobar que el derrumbe de este invierto que había que superar por encima de grandes piedras ya está reparado. La pista sube en un zigzag cómodo bordeando la Loma de Lanjarón y cada vez las vistas son más espectaculares, a la derecha el Valle de Lecrín, con el pantano de Beznar y la sierra de Los Guájares, al centro el embalse y barranco del Guadalfeo que busca su camino al mar, el cual se divisa en el horizonte, a continuación la Sierra de Lújar y la Contraviesa y detrás de ellas el Mediterreneo. Por encima de nosotros las cumbres nevadas de la sierra, Peña Caballera (2253 mt), Morra Alta (2518 mt) y más al norte el Cerro del Caballo (3000 mt).
Como 7 km después nos encontramos con el sendero que baja a las casas de Tello, un sendero precioso que hay que bajar con cuidado pues un despiste te puede lanzar barranco abajo con graves consecuencias. Medio a pie medio pedaleando “aterrizamos” en las casas abandonadas de Tello que se salvaron del incendio que hace unos años hubo por esta zona.
A partir de las casas de Tello hay que echar pie a tierra para continuar por un sinuoso y a veces pedregoso sendero que nos lleva al puente de piedra que cruza el río Lanjarón, un bello lugar que te hace olvidar las dificultades del camino.

Salimos del barranco siguiendo un sendero que va pegado a una acequia durante unos metros y al poco salta a un pequeño prado en el cortijo de los Pilones, desde donde obtenemos una hermosa panorámica del barranco del río Lanjarón, encerrado entre las lomas del Caballo y la del Cañar y al fondo, erguido entre ambas, las cumbres nevadas del Cerro del Caballo. Salimos del pequeño prado por una pista que durante unos 2 km tiene una pendiente media del 10% y que nos lleva a encontrarnos con otra pista principal que viene de Puente Palo y la cogemos por la derecha. La pista ancha y cómoda va bordeando la loma del Cañar, como a 1 km nos viene por la derecha la pista que sube de Lanjarón, a continuación la casa forestal de Cañar y después el área recreativa de Puente Palo.

Cruzamos el río chico y empezamos a bordear la Loma de Las Matanzas, la pista se va inclinando hacia abajo suavemente y después con mayor pendiente, de tal manera que en poco más de 10 km bajamos en torno a 800 mt, ¡¡que rápidamente se baja lo que tanto cuesta subir¡¡. A la altura de Los Corralillos la pista está asfaltada hasta desembocar en la carretera de La Alpujarra junto a la Ermita del Padre Eterno. La TA poco antes de llegar a la carretera se va por un sendero a la izquierda y durante unos 3 km circula pegado a la acequia de Cachariche por encima de la carretera hasta la entrada de Pampaneira, nosotros nos saltamos este tramo de sendero y en esta ocasión optamos por el asfalto.

El barranco del Poqueira se abre ante nosotros al llegar a Pampaneira que nos da la bienvenida invitándonos a quedarnos a vivir allí. La vista que se nos muestra es la que nos ofrecen la mayoría de postales de La Alpujarra, la central eléctrica, Pampaneira, después Bubión, más arriba Capileira y por encima de todo la cresta nevada de la sierra, realmente una postal maravillosa de los tres pueblos declarados Conjunto Histórico Artístico.
Tras recrearnos un poco con la vista del barranco desde abajo, entramos en Pampaneira para hidratarnos y dar cuenta de los bocatas que hemos paseado desde la salida. El pueblo es un bello ejemplo de los pueblos alpujarreños, encaramado a las faldas de la sierra, de calles estrechas, torcidas, empinadas y adaptadas a posibles nevadas, con casas bajas y encaladas con sus tejados planos cubiertos de launa y sus chimeneas cilíndricas apuntando al cielo, por algunas de sus calles discurren acequias que alegran la vista, el oído y te refrescan el ánimo. Actualmente su actividad está volcada al turismo, bares, restaurantes, terrazas y tiendas que nos ofrecen las típicas jarapas a lpujarreñas, la cerámica y demás productos artesanos típicos del lugar.

Salimos de Pampaneira dispuestos a acometer el último tramo de la etapa hasta Trevélez. Con la barriga llena y el calorcito de las primeras horas de la tarde vamos remontando perezosamente el barranco, primero Bubión y después Capileira se van quedando por debajo de nosotros y la vertiente sur de la sierra se va ensanchando distinguiéndose la silueta del Veleta en la cresta de la sierra
Son unos 10 km de subida constante con un porcentaje medio del 7%, con unas vistas espectaculares. Antes de llegar al desvío de la pista de Trevélez nos encontramos con un guía guiri que capitaneaba un grupo de cicloturistas de otras tierras y que se asombraba al saber de dónde veníamos y a dónde íbamos.

Abandonamos la pista carretera que sube a las cumbres y nos vamos por la derecha hacia Trevélez por una pista ancha que primero bordea la Loma de Las Tonadas y después, incluso con ligera inclinación negativa, nos lleva al Area Recreativa de Río Bermejo o de Pórtugos disfrutando de las panorámicas sobre la Tahá de Pitres.
Poco más adelante nos encontramos con unos lugareños excursionistas a los que les preguntamos sobre el estado del desprendimiento del barranco de La Bina y las posibles alternativas para llegar a Trevélez, su respuesta y sugerencia fue rotunda, “pasar por el barranco de la Bina imposible y no tiene arreglo”, lo mejor bajar a Pórtugos y continuar por carretera hasta Trevélez.

Los tipos nos dieron sensación de expertos conocedores del lugar y que hablaban con conocimiento de causa, así que les hicimos caso. La bajada a Pórtugos una pasada, el único inconveniente es que pierdes mucha altura, parte de la cual tienes que volver a recuperar subiendo por la carretera a Trevélez.
Aterrizamos en Pórtugos y rendimos visita a Fuente Agria, la cual también ha sufrido las consecuencias de las lluvias y riadas de este año y no estaba accesible, solo pudimos acceder a una manguera por donde manaba uno de los diferentes caudales de agua con distinto contenido mineral que normalmente da la fuente. Después la carretera pasa por la parte alta de Busquistar y comienza la subida por el barranco del río Trevélez bordeando las lomas de Los Cotos primero y de Los Lores después. La etapa de hoy ha sido dura y algunos ya empezamos a estar cansados, así que nos resulta bastante pestoso este tramo. La carretera cruza el barranco de La Bina y los peñones y troncos que todavía quedan en el barranco junto con la pendiente del mismo dan muestra de lo que por allí ha pasado, debió ser impresionante.

Al final llegamos a Trevélez, el pueblo que dicen es el más alto de la península, desparramado por la colina en tres barrios, bajo, medio y alto, entre los cuales hay un desnivel de 200 mt, un pueblo sin cerdos pero famoso por sus jamones, la abundancia de secaderos de jamones le dan un aroma especial a algunas de sus calles. Nos hospedamos en el barrio medio en el Hotel La Fragua I -958-858-626 / 512, habitación doble con baño 45€, si se opta por MP 55€ por persona. Al lado del hostal tienen un restaurante La Fragua bastante recomendable. Nosotros optamos por solo alojamiento, y la cena en el restaurante para 4 personas nos costó 65 €, con algunas cervecitas extras. Sin embargo el desayuno en el hostal nos pareció un poco escaso y caro (4,5 € por persona). Ignoramos como hubiese sido el menú de la cena y el desayuno en carácter de M.P.